Santa Cruz engalanada para la Bajada de la Virgen 2015

La Bajada de la Virgen de las Nieves se celebra cada 5 años, y solo eso ya puede hacer una idea que haga entender lo que esta festividad significa para una isla como La Palma y una ciudad como Santa Cruz, su capital. Más allá de lo religioso la bajada es la gran fiesta palmera, cuando todo se pone patas arriba: se pinta y deja reluciente un casco histórico con casi 500 años a sus espaldas, se revive la tradición de un enclave que fue bastión contra piratas, tierra de bailes decimonónicos y de leyendas centenarias.

Los actos se alargan todo el verano, con conciertos, elección de la reina, actividades deportivas, etc. pero la gran fiesta se concentra en las dos primeras semanas de julio, durante las llamadas "semana chica y semana grande". 14 días que se abren con uno de los eventos más esperados, la Bajada del trono.



El trono de la virgen sale de la ermita de Las Nieves, ubicado en las montañas que bordean esta capital marítima, para bajar hasta las calles de la ciudad. Lo que a priori podría parecer una procesión se ha convertido en una grandísima fiesta, que vestida de romería lleva a miles de personas ataviadas con el traje típico a acompañar con folclore y comidas tradicionales el recorrido. Para muestra, un botón: más de 50.000 personas asistieron en 2010 (téngase en cuenta La Palma tiene tan solo en torno a 90.000 habitantes).

Tras esta gran romería son las calles empedradas de Santa Cruz las que se vuelven protagonistas, siempre con el permiso del gran recinto que cada año se monta junto al muelle para acoger los actos principales de "la bajada". En ese escenario comenzará el acto más conocido, el más mágico y más único: a ritmo de polca 24 pequeñas figuras con un gran sombrero napoleónico salen a bailar.



Un curioso acto en el que 24 caballeros se convierten "mágicamente" en estos graciosos personajes y que tiene evidencia histórica ya en el siglo XIX. Los enanos son hoy símbolo absoluto de "la bajada" y de la isla de La Palma. Carteles y luces representan su figura y decoran las calles de una capital que se ve más festiva que nunca. Lo más bonito de la danza llega tras los actos en el recinto, cuando salen a la calle para bailar sobre los adoquines de la centenaria Calle Real. Este año la polémica esta servida tras aumentar las actuaciones sobre el escenario, pero no por ello se dejarán de ver en las conocidas como "actuaciones populares".

La última actuación suele ser la más vistosa, cuando ya afloran las primeras luces del amanecer bailan en la plaza de La Alameda. Allí donde dejó Luis Morera, uno de los artistas palmeros por antonomasia, la estatua de un enano, que guarda todo el año la magia de esta fiesta que solo se ve de lustro a lustro.



Guarda también otro de los grandes símbolos de la ciudad. Imponente junto al barranco de las nieves se elevan los mástiles de la Santa María, o al menos de la reproducción de cemento de una de las carabelas de Colón. Recordando la tradición marinera de la ciudad y que fueron puertos canarios los últimos que acogieron al marino genovés antes de descubrir tierras americanas.

Entre el barco y el castillo, situado al otro lado del barranco. se reproduce como acto de la semana grande un diálogo hostil, en el que se puede ver como en ninguna otra ocasión el navío ondeando las velas y el castillo haciendo sonar sus cañones. Historia que recuerda que La Palma fue lugar de lucha contra piratas, de batallas dignas de novela que hacen que su casco histórico guarde aún algo de ese carácter colonial por el que tantas naciones europeas pasaron dejando su sello.

Este año, 2015, como cada múltiplo de 5, vuelve a desencadenarse todo lo que supone "la bajada". El domingo 28 de Junio, cuando arranca esta vez la romería, se da al play de una película que solo se sucede, como quien dice, de vez en cuando. Siempre defendí que en Canarias hay historia y tradición además de playas y naturaleza, este verano La Palma y Santa Cruz la visten de gala y la sacan a la calle. Quien se lo pierda siempre puede hacer un hueco en la agenda de 2020.