Cliffs of Moher, un abismo hacia el atlántico más brutal
Los Cliffs of Moher, los acantilados más famosos de Irlanda, se precipitan hacia el océano atlántico más salvaje. Un lugar donde la potencia de la naturaleza sorprende, donde el viento resuena entre sus paredes de más de 200 metros de altitud casi sin dejar volar a los pájaros, esos que se ven abajo, pues en los Cliffs se puede sentir lo que es estar más alto que el vuelo de las gaviotas.
Nada más bajar del coche, o de la guagua (numerosas compañías realizan tours hasta el lugar en autobús) se puede sentir que se está en un lugar inhóspito. El centro de visitantes, en el que se puede pasear por una pequeña muestra sobre la formación de los acantilados y el movimiento de las placas tectónicas, se esconde bajo la montaña para protegerse de la fuerza natural. Tan solo una centenaria y pequeña torre de piedra desafía en las alturas a los elementos.
Visitada la exposición, que se acompaña de un restaurante con vistas panorámicas y algunas tiendas, es el momento de salir al sendero que recorre el borde de los acantilados, de caminar (si la virulencia del tiempo lo permite) observando como el atlántico rompe debajo del sendero, muy abajo. Una vez pasada la torre, O'Brien's tower, desaparecen los altos muros que separan al visitante del abismo y el sendero empieza a discurrir junto a pastos de vacas, un camino que hace encontrarse más si cabe con el lugar y que conduce hacia auténticos balcones de piedra que parecen 'levitar' sobre las alturas.
El nombre de los Cliffs of Moher (Acantilados de Moher en castellano) proviene del gaélico Mothar, que significa 'fortaleza derruida' pues siglos atrás se ubicó allí una fortaleza de la que ya no queda rastro. El culto de antaño a estos gigantes se ha mantenido, sin embargo, a través de las leyendas. Sirenas, brujas y hasta una ciudad perdida: Kilstiffen, que se hundió después de que su rey perdiera la llave del castillo; alimentan la magia que ya de por si tiene este lugar.
Un decorado de película
Los amantes de la saga Harry Potter encontrarán en Irlanda un paraíso, por la cantidad de decorados y lugares utilizados tanto para las películas como para inspirar a JK Rollwing cuando escribió los libros. Moher aparece en la 6ª película de la saga, como un lugar inexpugnable en el que se esconde un horrocrux. Pero no solo Daniel Radclife, el actor que encarnó al joven mago, ha pisado los acantilados; Paul Newman protagonizó una trepidante persecución en El hombre de Mackintosh que tuvo como trágico fin estos precipicios.
Ruta para los amantes de la carretera
Si se llega a los Cliffs en coche, el viaje no acaba ahí. Este punto turístico está enclavado en la llamada Wild Atlantic Way, la salvaje ruta de carretera que circula 2.500 kilímetros viajando de norte a sur de la isla atravensando pequeños pueblos y sobrecogedores postales naturales como esta. En los alrededores se cruzan pueblos que parecen haberse parado en el tiempo de la Irlanda más auténtica, dónde pararse a comer Fish and Chips en alguna localidad costera o un buen plato de Sheppard's Pie, para pasar el frio
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Hola Iru! Felicidades por el artículo. Estoy buscando información para mi próximo viaje a Irlanda, en el que haré una ruta, y desde luego la info sobre el Wild Atlantic Way desde los Cliffs of Moher me ha abierto nuevas posibilidades para el viaje. En 5 días pienso recorrer Dublín, Galway y Cork. ¡Espero tener suficiente tiempo!
ResponderEliminar¡Hola Sergio! En 5 días te vas a quedar con ganas de más seguro :) Aunque Galway y los Cliffs yo creo que puedes verlos en un día sin problema. Si coges la Wild Atlantic Way intenta pasarte por Dingle y la zona del anillo de Kerry (te quedaría desviandote un poco hacia el oeste en el camino hacia Cork) Para mi la zona más espectacular de Irlanda. Buen viaje!
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