Oñati, el corazón rural de Euskadi
Oñati, u Oñate, es una villa perdida en el corazón de la provincia de Guipúzkoa que transporta al Euskadi más rural y deja a su paso auténticas perlas arquitectónicas y naturales. En su casco histórico aparecen edificios como la Universidad Sancti Spiritus, considerado uno de los edificios renancentístas más importantes de todo el País Vasco, además son imprescindibles las visitas a las cuevas de Arrikrutz y al santuario de Arantzazu, una muestra del arte sacro moderna con detalles de Eduardo Chillida entre otros.
A Oñati se llega adentrándose hacia el interior, por carreteras escoltadas de tupida naturaleza y salpicadas con los puentes de la autopista A-8 y complejos industriales. Todo el entorno del municipio es riqueza natural, y es quizás eso, lo inmerso que está en la orografía vasca, lo que hace que sorprenda tanto la otra gran riqueza del pueblo, su arquitectura y sus edificios históricos.
Calle del centro de Oñati | Iru Pérez |
El centro histórico de Oñati es bastante pequeño, tan solo unas pocas calles separadas por el transcurrir de un río, sin embargo, hay dos edificios que sobresalen por encima de todo lo demás. La antigua Universidad (Sancti Spiritus), una auténtica joya renacentista a la que se puede entrar libremente para contemplar un patio rodeado de arcos en dos plantas, una delicia que rememora a rincones de las grandes ciudades clásicas de Europa.
Junto a la Universidad aparece la parroquia de San Miguel, un templo que mezcla estilos y que data de hace más de 500 años. Bajo el púlpito se encuentra la cripta de los condes de Guevara, quienes fueron patronos de la iglesia y recibieron allí su sepultura.
Patio de la antigua universidad de Oñati | Iru Pérez |
Estas son las construcciones más importantes, pero Oñati no acaba aquí ni mucho menos; un paseo por el pueblo muestra una localidad de calles y casas antiguas, de puentes de piedra y caminos junto al río con grandes árboles a su vera. La plaza del ayuntamiento se asemeja a la de los pueblos de la comarca, pero no por eso es menos imprescindible ver la pequeña casa consistorial y sus alrededores.
El recorrido por la villa no lleva más de un rato, aunque la visita puede, debe más bien, alargarse mucho más. En su término municipal, Oñati tiene dos atractivos muy diferentes pero que pueden constituír en si mismos una razón para visitarlo: las cuevas de Arrikrutz y el santuario de Arantzazu.
Santuario de Arantzazu
Santuario de Arantzazu | Iru Pérez |
Dejando atrás el centro del pueblo y subiendo a una de las cimas de la región aparece Arantzazu. La empinada carretera que dirige hasta el templo adelanta al visitante en el tiempo: si el centro del pueblo destaca por sus antiguas calles y sus edificios góticos y renacentistas Arantzazu es todo lo contrario. La actual basílica, que sustituyó en 1951 a un antiguo monasterio, es una gigantesca mole de hormigón, ejemplo de la arquitectura sacra moderna.
Las puertas de acceso fueron diseñadas por el famoso escultor guipuzcoano Eduardo Chillida, y en el templo están representados oros autores como el pintor Lucio Muñoz, de quien es obra el retablo, o el artista vasco Jorge de Oteiza, de quién es obra un enorme friso en la fachada que representa a los 14 apóstoles de la piedad.
Además no solo el templo es un atractivo en Arantzazu. La gran altitud a la que se encarama el templo deja a su alrededor incomparables vistas de esta agreste zona, vertiginosos barrancos tupidos con la vegetación que cubre todo el país vasco. Desde allí parten además senderos por los que recorrer la zona y adentrándose en el parque natural de Aizkorri Aratz, en el que se encuentra inmerso la basílica.
Un senderista observa uno de los carteles que indican los senderos desde el santuario | Iru Pérez |
Cuevas de Arrikrutz
A medio camino entre el centro de Oñati y el santuario, adentrándose aún más en la escarpadísima orografía del lugar, se encuentra un punto de interés que nada tiene que ver con lo arquitectónico. Las Cuevas de Arrikrutz fueron abiertas al público general en visitas guiadas desde 2007 y constituyen un recorrido de una hora por el antiguo trascurrir del río, hogar hoy de estalactitas y estalagmitas con decenas miles de años de formación. Además allí se encontró, y está representado, un esqueleto completo de un león de las cavernas, uno de los únicos 3 que se han encontrado en Europa.
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