Torquay, el apacible transcurrir de la riviera inglesa

Torquay es una pequeña ciudad del sur de Inglaterra, ubicada en la conocida como riviera inglesa. Famosa por ser el lugar de nacimiento de Agatha Christie y conocida en España por ser uno de los destinos estrella para los cursos de inmersión lingüistica. Un puerto turístico y de veraneo, pero sometido al húmedo clima británico, que sin muchos alardes ofrece tranquilidad y algunos lugares dignos de visitar.

Un pueblo grande eminentemente residencial en que su vida se concentra alrededor del pequeño y coqueto puerto y su calle principal, dónde se reunen la mayoría de comercios y que desemboca en el propio puerto. Tanto de día como de noche es recomendable un paseo bordeando los pequeños botes que se amontonan en los embarcaderos, y contemplar el emblemático edificio del centro comercial Pavilion, con más de 100 años de antigüedad.

Más allá de la tranquilidad que ofrecen los alrededores del puerto, Torquay también tiene en sus cercanías algunos lugares interesantes para visitar que pueden hacer de una estancia en la localidad un viaje bastante completo. Las playas del noroeste, que suplen las carencias deprimente y sucia ensenada de arena que forma la playa de la bahía, o la pintoresca Coockington Village, además del Parque Nacional de Dartmoor suponen algunas excursiones indispensables si se visita esta localidad.

Cockington Village

Una villa medieval convertida en atractivo turístico, muy bien restaurada y conservada, se rodea de verde por doquier. Cockington constituye una de las visitas más bonitas e interesantes en las cercanías de Torquay, con una mansión que fue construida rememorando las cortes medievales y que sirvió como escenario de alguna de las novelas de la hija pródiga de Torquay, Agatha Christie. Además, las grandes zonas verdes y praderas que rodean tanto la mansión como la pequeña villa hacen de este lugar un punto ideal para pasar un día soleado (en verano es más probable dar con uno de estos).

Parque nacional de Dartmoor

Una excursión algo más alejada pero interesante para los amantes de la naturaleza es el Parque Nacional de Dartmoor. Los casi 1000 kilómetros cuadrados de extensión de la yerma meseta que conforman la región son ideales para perderse en la naturaleza y los paisajes británicos, recordando las películas épicas o los tiempos en que las lomas eran atravesadas por caballeros.

Babbacombe Beach

Aunque los folletos de Torquay muestran una soleada y abarrotada playa en la bahía de Torquay, no es muy recomendable decidirse por ella para pasar el día, al menos si se está acostumbrado a las playas mediterráneas o atlánticas del sur de Europa. El verdadero encanto se encuentra en el noroeste, dónde varias playas más apartadas y formadas por pequeños callaos (guijarros) son un lugar perfecto para visitar, ver el atardecer, o incluso bañarse en sus limpias y cristalinas aguas (para quien se atreva a probar su gélida temperatura). Con accesos rodeados de árboles y plagadas de tupida vegetación en sus alrededores permiten extraerse por completo incluso del poco ajetreo de la población cercana.

Otras visitas...

Además de las anteriores si la estancia en Torquay da para más se pueden visitar lugares cercanos como Brixham, un pequeño puerto pesquero ideal para comer los tradicionales Fish & Chips y famoso por sus casas de colores o Darmouth, dónde desemboca el rio Dart formando una estampa muy bonita. También existen en esta zona todas las clásicas atracciones de cualquier costa española: aquapark, karting, etc. Sin embargo, esto es secundario, ya que el principal atractivo de la zona es el mar, la naturaleza que lo rodea y sobre todo la tranquilidad. Aunque no es especialmente famoso por su hospitalidad, quizás la continua llegada de estudiantes extranjeros haya crispado a sus habitantes. Aún asi, es una visita que merece la pena.